Robots para saber cómo somos
Punset
muestra cómo la tecnología nos ayuda a conocernos mejor
PROGRAMA REDES
TELEVISORA ESPAÑOLA (tve)
Fuente: http://www.rtve.es/television/20111220/robots-para-saber-como-somos/483658.shtml
Emitido 25.Marzo.2011
Los robots y la inteligencia artificial pueden ser
herramientas magníficas para conocer la naturaleza humana.
Después de plantar cámaras y micrófonos por su
casa, Roy grabó su vida familiar durante dos años para ver la evolución de su
hijo recién nacido
En ese capítulo de Redes, Deb Roy,
ingeniero informático del MIT, le explica a Punset cómo se valió de la
tecnología para entender cómo los bebés comienzan a hablar.
Después de plantar cámaras y micrófonos por su
casa, Roy grabó su vida familiar durante dos años para ver la evolución de su
hijo recién nacido y analizar el contexto en el que aprendió a hablar.
El testimonio de otros investigadores como Luc
Steels, experto en robots y lenguaje, Ramón López de Mántara,
director Instituto de Inteligencia Artificial del CSIC, y Eric Horvitz,
jefe del equipo de investigación de Microsoft, se suman al de Deb Roy para
explicarnos cómo la tecnología puede servir para saber cómo somos.
“Nuestro experimento fue como un microscopio que
nos descubrió
cosas invisibles del aprendizaje de la lengua”
Deb Roy
cosas invisibles del aprendizaje de la lengua”
Deb Roy
Foto: Econ. Eduard Punset
Eduard Punset:
Mira que
los hemos visto crecer, hacerse sabios, el…, contestar demasiado a los mayores,
yo qué sé, pero lo que no hemos estudiado o no habíamos estudiado nunca son los
procesos concretos por los que un niño aprende, aprende su lenguaje, aprende su
idioma, y todo ello con vistas a contar con un instrumento que le permita
comunicarse más tarde con otros humanos, ¿no?
Deb Roy es el Director del Cognitive Machines Group del MIT y Deb, tú
hiciste un experimento…
Tú hiciste un experimento que es único en el mundo.
Hasta ahora, no habíamos estudiado nunca son los
procesos concretos por los que un niño aprende, aprende su lenguaje, aprende su
idioma
Cuando tuvisteis vuestro primer hijo, convenciste a
tu mujer de instalar algo así como, ¿qué? ¿14 micrófonos? en vuestra casa, le
dijiste que instalarías 11 cámaras de vídeo para obtener 300 gigabytes de
información diaria con la idea –nos lo dijiste pero no te creíamos– de que así
realmente podrías estudiar a fondo el proceso de aprendizaje del lenguaje de un
niño en su entorno familiar y quizás así, al fin y al cabo, podríamos enseñar a
hablar a los robots o quién sabe, ¿no?
Antes de que me expliques los resultados del
proceso del experimento, ¿qué representó para ti a nivel personal analizar a tu
hijo de esta manera y obtener cientos y cientos, millones de datos, sobre cómo
se las apañó desde que tenía un año para aprender a hablar? ¿Cómo te sentiste
personalmente?
Foto: Deb Roy,
director del Grupo de Máquinas Cognitivas, MIT Media Lab
Un experimento único en el mundo
Deb Roy:
Sabes, a
veces la gente cree que tuve que convencer a mi mujer. De hecho, este proyecto
se remonta mucho más atrás, a cuando mi mujer y yo estudiábamos juntos en la
universidad; ella participó en mi tesis doctoral.
cogimos esas grabaciones y se las dimos a mi robot,
de manera que oyó lo que oían los bebés, vio los mismos juguetes que habían
visto los bebés y mi robot aprendió. Ésa fue mi tesis doctoral.
Mi proyecto se centraba en que los robots podrían
aprender lenguas, por eso me interesaba mucho descubrir cómo aprenden los niños
porque quería construir máquinas más inteligentes y construí un robot al que le
podía enseñar mostrándole objetos y hablándole.
Una noche cenando con Rupal –en aquel entonces era
mi novia, todavía no estábamos casados– yo no paraba de jactarme de lo
inteligente que era mi robot y le comentaba que aprendía como lo hace un niño.
Ella se hartó de oírme alardear sobre mi robot y me
dijo: "si estás tan seguro, ¿por qué no lo demuestras?". Así
que reunimos a algunas madres y a sus bebés en un laboratorio y los grabamos.
Les dijimos: "Por favor, sed naturales".
Les dimos algunos juguetes, hicimos que se
sintieran a gusto y los grabamos en vídeo. Después, cogimos esas grabaciones y
se las dimos a mi robot, de manera que oyó lo que oían los bebés, vio los
mismos juguetes que habían visto los bebés y mi robot aprendió. Ésa fue mi
tesis doctoral.
Eduard Punset:
Y el
principio al que te aferraste durante todo el experimento es el principio del
aprendizaje a través de la acción.
Deb Roy:
Así es.
Es aprender con la práctica, pero de dos formas distintas porque, como
investigador, descubrí que una forma muy poderosa de aprender y de intentar
explorar el proceso de aprendizaje de un niño es actuando, es decir, construyendo
robots… Esta es una forma.
Así que se trata de tener un mecanismo, una especie
de modelo mecánico que nos permita hacer muchas presuposiciones, plantear
muchas ideas sobre los niños y construir una máquina. No creo que se pueda ser
demasiado natural en un entorno como un laboratorio.
Ahora, avancemos hasta hace siete años, cuando
supimos que íbamos a ser padres por primera vez. Lo que me molestaba de mi
experimento es que les habíamos pedido a esas madres y sus hijos que vinieran a
nuestro laboratorio y les habíamos dicho que se comportaran con naturalidad,
pero no creo que se pueda ser demasiado natural en un entorno como un
laboratorio.
En la época en la que esperábamos nuestro primer
hijo, vimos que podíamos realizar esas grabaciones. Cinco años atrás, si
volvemos al año 2000 o a 1995 hubiera sido imposible habida cuenta de la
cantidad de información a recoger: 300 gigabytes al día hubiera sido demasiado.
La tecnología ha avanzado tanto que se volvió
posible y por eso mi mujer y yo dijimos: "Vale, empecemos a planificarlo
ahora, dado que nuestro hijo está a punto de nacer, grabémoslo y si no nos
gusta, sencillamente desconectaremos las grabadoras". Así empezó todo.
Eduard Punset:
Reunisteis
tantos datos que necesitasteis una caja de herramientas, ¿verdad? Creo que la
llamasteis "análisis del movimiento", ¿no?
Deb Roy:
Sí, eso es.
Sí, eso es.
8 millones de palabras
Eduard Punset:
O como se
diga. ¿Y qué diablos hicisteis con todos esos datos?
Deb Roy:
Veamos:
si obtienes cantidades ingentes de grabaciones de audio y vídeo, son datos en
estado puro y no se puede apretar un botón que te dé la respuesta a partir de
todos esos datos.
Siempre me había interesado por la minería de
datos, la inteligencia artificial, el aprendizaje de las máquinas, la
modelización cognitiva.
Así que iniciamos un programa de investigación para crear esa caja de
herramientas.
Teníamos 90.000 horas de vídeo pero había algunos
aspectos clave que queríamos extraer de la grabación, por ejemplo cómo se
organizan las actividades cotidianas en casa.
Por eso desarrollamos unas herramientas para
efectuar el análisis del movimiento y averiguar dónde se encontraban las
personas en la casa y extraer sólo los datos relevantes desde el punto de vista
de la ubicación de los sujetos.
Eduard Punset:
¿Y también
pudisteis conseguir datos de los momentos en que producían nuevos discursos?
Deb Roy:
Primero, hicimos un sistema que podía escuchar las grabaciones e identificar las partes que contenían discurso humano.
Primero, hicimos un sistema que podía escuchar las grabaciones e identificar las partes que contenían discurso humano.
Luego, desarrollamos otro sistema que escuchaba las
características de las voces y decidía quién estaba hablando, era una
identificación del hablante.
Eduard Punset:
Y los
bebés, ¿aprenden por repetición de palabras o aprenden de otra forma? Quiero
decir…
Deb Roy:
Sí, eso fue lo primero en lo que nos centramos después de transcribir el discurso.
Sí, eso fue lo primero en lo que nos centramos después de transcribir el discurso.
Era un problema muy complicado
porque transcribimos 8 millones de palabras procedentes de los discursos, por
lo que también inventamos nuevas herramientas para realizar las transcripciones
del discurso hasta cinco veces más rápido que antes pero, a pesar de todo,
necesitamos la colaboración humana, personas que escucharan de un modo muy
eficiente y automatizado.
Sabíamos exactamente dónde se pronunciaron por
primera vez –cada una de las palabras que aprendió–
Mi hijo había aprendido muchas
palabras después de cumplir dos años, como cualquier niño que evoluciona con
normalidad, pero lo más curioso es que sabíamos exactamente dónde se
pronunciaron por primera vez –cada una de las palabras que aprendió–.
De modo que ahora podemos plantear una pregunta muy
interesante: ¿cuál es el papel del entorno? La experiencia que vivió podría
explicar por qué aprendió unas palabras antes que otras.
Eduard Punset:
Realmente
es fascinante porque quizás podáis ayudar a los antropólogos y sociólogos a
dilucidar la relación entre genética y entorno, ¿no?
Deb Roy:
Sí.
Sí.
El contexto permite al bebé
aprender a hablar
Eduard Punset:
¿Has detectado que el entorno o el contexto desempeñe un papel en el aprendizaje?
¿Has detectado que el entorno o el contexto desempeñe un papel en el aprendizaje?
Deb Roy:
El entorno es importante, pero una de las cosas que me interesaba mucho es: ¿cuál es el papel del entorno no-lingüístico?
El entorno es importante, pero una de las cosas que me interesaba mucho es: ¿cuál es el papel del entorno no-lingüístico?
Con las cámaras de vídeo pudimos ver lo que ocurría
alrededor de las palabras, pudimos ver el contexto… Quizás tengas que
disculparme si simplifico y soy algo impreciso, pero lo planteo como el juego
del cucú en el aprendizaje del lenguaje… ¿conoces el juego del cucú?
Con las cámaras de vídeo pudimos ver lo que ocurría
alrededor de las palabras, pudimos ver el contexto…
Eduard Punset:
No, no lo conozco.
No, no lo conozco.
Deb Roy:
Estoy
seguro de que sí. Vamos a jugar ahora. Tú eres el bebé…
Eduard Punset:
Vale.
Vale.
Deb Roy:
Y yo soy
el padre y te digo: "Eduard, Eduard, ¿dónde estoy? Oh, ¡aquí estoy!
¡Cucú!" Y si tienes un año, te reirás porque desaparezco y vuelvo a
aparecer. Te suena el juego ahora, ¿no?
Eduard Punset:
Sí, ahora
sí.
Deb Roy:
Porque en cualquier parte del mundo se juega a este juego y la razón es que no necesitas el lenguaje para jugar al juego del cucú.
Porque en cualquier parte del mundo se juega a este juego y la razón es que no necesitas el lenguaje para jugar al juego del cucú.
La clave es esta: cuando un
niño juega al cucú sabe qué ocurre y no necesita palabras. Pero cuando juegan
los adultos, hablan.
Dicen: "¿Dónde estoy?", "Oh,
¡aquí!, sí". Esta es la clave del aprendizaje del lenguaje en un niño
pues la palabra "¡sí!" o las palabras "¿dónde estoy?"
cobran significado porque el bebé ya sabe qué está ocurriendo, la actividad es
importante, el contexto es importante.
Así que nuestro objetivo al recopilar todos esos
datos era averiguar si era realmente cierto que el contexto es el andamio que
permitía al bebé aprender a hablar. Y llegamos a resultados muy fascinantes…
Eduard Punset:
¿Por ejemplo?
¿Por ejemplo?
Deb Roy:
Pues que el carácter único del contexto en que se desarrolla la actividad es mucho más predictivo que el número de veces que un bebé, nuestro hijo, escucha una palabra.
Pues que el carácter único del contexto en que se desarrolla la actividad es mucho más predictivo que el número de veces que un bebé, nuestro hijo, escucha una palabra.
Eduard Punset:
La actividad.
La actividad.
Deb Roy:
La situación es mucho más predictiva que la frecuencia con que aparece una palabra.
La situación es mucho más predictiva que la frecuencia con que aparece una palabra.
Eduard Punset:
Es fantástico. Y, ¿hemos aprendido algo más con este experimento?
Es fantástico. Y, ¿hemos aprendido algo más con este experimento?
Quiero decir, por ejemplo, sobre las ventajas de
combinar las observaciones humanas con las ideas que tenemos sobre los robots,
nos has dado el ejemplo de cómo tu hijo aprendió a decir "agua".
Nuestro objetivo al recopilar todos esos datos era
averiguar si era realmente cierto que el contexto es el andamio que permitía al
bebé aprender a hablar
Deb Roy:
Sí.
Eduard Punset:
¿Era
gaga?
Deb Roy:
Gaga, de
gaga a agua…
Eduard Punset:
También
es cierto que grabasteis seis meses, ¿no?
Deb Roy:
Sí, sí.
Eduard Punset:
Y después
de este tiempo… ahí es donde se ven las ventajas de tu experimento… Quiero
decir, de repente puedes concentrar en unos cuantos minutos la historia de un
año o seis meses.
Deb Roy:
Es una
trayectoria que, literalmente, no puedes ver así que se puede pensar en todos
estos datos y tecnología como si fuera un microscopio que te permite ver cosas
que tienes delante de tus narices, pero que no puedes ver sin la tecnología.
Eduard Punset:
Entonces, realmente, la ciencia se basa cada vez más en la técnica, en la tecnología. ¿Lo crees así?
Entonces, realmente, la ciencia se basa cada vez más en la técnica, en la tecnología. ¿Lo crees así?
Con las nuevas tecnologías podemos, literalmente,
ver cosas que no podíamos ver antes
Deb Roy:
Totalmente.
Creo que no sólo es tecnología, también hace falta creatividad y personas que
la interpreten, pero con las nuevas tecnologías podemos, literalmente, ver
cosas que no podíamos ver antes, recordar cosas que no podíamos recordar antes
y hacer cálculos y observaciones que están más allá de nuestra vista y oído y
de nuestros sentidos.
Eduard Punset:
Tú hablas
mucho de la comunicación en los medios sociales.
Deb Roy:
Sí.
Eduard Punset:
Si uno se
fija en tu experimento por primera vez, se preguntará cuál es la relación con
la comunicación en los medios sociales, ¿a qué te refieres exactamente?
Fue como una especie de microscopio para estudiar
nuestras comunicaciones privadas
Deb Roy:
Si piensas en todo lo que hicimos en casa, fue como una especie de microscopio para estudiar nuestras comunicaciones privadas.
Si piensas en todo lo que hicimos en casa, fue como una especie de microscopio para estudiar nuestras comunicaciones privadas.
Y pensamos ¿por qué no transformarlo en un telescopio y mirar el mundo en su
conjunto? No vamos a poner micrófonos
y cámaras en todas partes, pero no lo necesitamos porque la gente habla
públicamente a través de los medios sociales: Twitter, Facebook, Google +, los
blogs…
Es una explosión y se ha producido en los últimos
cinco años.
Lo que realmente me ha abierto los ojos en este
trabajo que venimos desarrollando los dos últimos años es que la forma de
comunicarse unos con otros y de intercambiar experiencias está cambiando.
Todo está cambiando y cambia a una velocidad
increíble. Lo que ocurre ahora es que hay toda una generación de niños que han
crecido con lo digital, y no lo ven como algo nuevo y emocionante sino como
algo tan normal.
¿por qué no transformarlo en un telescopio y mirar
el mundo en su conjunto?
Eduard Punset:
De la vida corriente.
De la vida corriente.
Deb Roy:
Sí, como tener electricidad o agua que sale del grifo. El ritmo acelerado, la rapidez con la que todo cambia es alucinante.
Sí, como tener electricidad o agua que sale del grifo. El ritmo acelerado, la rapidez con la que todo cambia es alucinante.
Pero también nos damos cuenta de que nadie del
mundo de la industria entiende realmente cuál va a ser el futuro, pero todos
presienten que serán grandes cambios.
Lo fundamental es que así es la naturaleza humana:
nos encanta hablar, compartir experiencias, conectarnos, necesitamos
conectarnos socialmente y ahora tenemos todo ese ámbito tecnológico que nos
permite dar rienda suelta a nuestro instinto natural de una forma totalmente
distinta.
Eduard Punset:
Es
gracioso porque el sistema educativo va a cambiar muchísimo por esto… Quiero
decir, recuerdo que cuando era pequeño, lo inteligente era estar solo, quiero
decir, si salías con amigos, te decían que perdías el tiempo.
Tenías que estudiar tú solo, había poco contexto
social. Actualmente, sabemos que es la mejor manera de matar nuestras neuronas
nuevas.
Deb Roy:
Pienso que tu pregunta lleva implícito el interrogante: ¿cuál es la unidad organizativa correcta y más eficiente?
Pienso que tu pregunta lleva implícito el interrogante: ¿cuál es la unidad organizativa correcta y más eficiente?
Eduard Punset:
Sí.
Deb Roy:
Si nos
fijamos en lo que ocurre en un ángulo de 360 grados, en general, debido a las
redes, veremos que estamos cada vez más conectados, los gobiernos, la
industria, en general, el mundo está más interconectado, todo el mundo lo sabe,
¿no?
Eduard Punset:
Es
verdad.
Nuestros mercados financieros son operados por
máquinas, ningún ser humano puede negociar a la velocidad a la que lo hacen las
máquinas…
Deb Roy:
Porque
hay redes en todas partes. Lo que hace funcionar esas redes es el software y el
software funciona a velocidad sobrehumana, toma decisiones en micro segundos.
Por eso nuestros mercados financieros son operados
por máquinas, ningún ser humano puede negociar a la velocidad a la que lo hacen
las máquinas…
Creo que debido a esa complejidad se nos presentan
enormes retos en todos los ámbitos de la vida, pero el optimista que llevo
dentro dice que lo que ocurre con el software es que cada vez que una parte se
pone a funcionar, se produce una especie de escape.
Cada parte del software cuando funciona, aun cuando
no haya sido creado para producir datos, puede generar datos como subproducto.
Y lo que ocurre es que tenemos una nueva generación
de investigadores y jóvenes formados para captar esos escapes de datos.
creo que nos adentramos en un nuevo tipo de ciencia
para comprender la organización humana
Eduard Punset:
Así es.
Deb Roy:
Todos esos sistemas que hemos construido tienen escapes y a medida que los captamos y aprendemos a ver patrones en esos datos, creo que nos adentramos en un nuevo tipo de ciencia para comprender la organización humana que nos permitirá recuperar el control de alguno de esos ámbitos en los que la complejidad se ha convertido en una especie de muro, en una especie de barrera.
Todos esos sistemas que hemos construido tienen escapes y a medida que los captamos y aprendemos a ver patrones en esos datos, creo que nos adentramos en un nuevo tipo de ciencia para comprender la organización humana que nos permitirá recuperar el control de alguno de esos ámbitos en los que la complejidad se ha convertido en una especie de muro, en una especie de barrera.
(Todo lo anterior tomado de:
http://www.rtve.es/television/20111220/robots-para-saber-como-somos/483658.shtml.
Excelente programa REDES, vale verlo y recomendarlo).
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