viernes, 17 de julio de 2020

Cepal calcula que economía de Colombia caería 5,6%.


La Cepal calcula que la economía local registraría una caída de 5,6% al cierre de este año.


16 de julio de 2020.
De: Paola Andrea Vargas Rubio.
pvargas@larepublica.com.co
Cortesía de: https://www.larepublica.co/ 

Según el organismo, los países de la región que sufrirán las mayores bajas en su economía son Perú con -13%, Argentina con -10,5% y Brasil con -9,2%. Para el caso de Venezuela caería en 26%.


Luego de casi cinco meses en el vecindario, el covid-19 no solo está cobrando la vida de cientos de personas cada día, sino que también está conduciendo a que las economías de la región estén a punto de sellar una década perdida otra vez, debido a que el PIB volverá a estar al nivel que alcanzó en 2010 con un desplome de 9,1% al cierre del año, resaltó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).


De acuerdo con la información contenida en el documento titulado ‘Enfrentar los efectos cada vez mayores del covid-19 para lograr una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones’ de la Cepal, la economía colombiana será una de las que menos caerá al cierre de este año, ya que presentará una contracción de 5,6% (en abril se anunció que la caída sería de -2,6%).


Con esta actualización, se puede destacar que esta proyección está entre las más positivas para la economía local, ya que el Fondo Monetario Internacional (FMI) detalló en su último informe que el PIB nacional registraría una caída de 7,8%.


Mientras que el Banco Mundial señaló en su reciente actualización que la contracción de la economía colombiana sería de 4,9% y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) anotó que la baja podría ser de 6,1% sin segunda ola de contagios o de 7,9% con un nuevo brote de covid-19.


Teniendo en cuenta estas proyecciones, Wilson Solano, coordinador área económica de la Facultad de Ciencias económicas y administrativas de la Universidad El Bosque, aseguró que “esperemos que toda esta situación nos lleve a estructurar mejor y a afianzar el sistema de salud en Colombia, de una manera semejante a lo ocurrido con el sistema financiero a finales de los 90, con la llamada crisis inmobiliaria. Hoy la banca colombiana es una de las más consolidadas y de mayor respaldo del mundo, ya que para el año de 1999 nos encontrábamos con los peores resultados económicos en muchas décadas: PIB de -4,2%, devaluación de 22% y una alta tasa de desempleo en 20%”.



Las previsiones para la región.
De acuerdo con Bárcena, el país que sufrirá las mayor caídas en su economía es Perú con un desplome de 13%. Sobre la situación que enfrenta la economía peruana, una de las más afectadas por la pandemia, Juan Carlos Ocampo, coordinador de la carrera de Economía en la Universidad Privada del Norte, explicó que “esta caída del PIB tiene su origen principalmente en la reducción de la inversión privada y las exportaciones”. Sin embargo, la recuperación de la economía china en el segundo semestre de este año podría ayudar en la recuperación de las exportaciones del país, ya que el gigante asiático es el principal socio comercial del país vecino, añadió Ocampo.


La difícil situación que enfrenta Perú, con una caída del PIB por encima del promedio regional (-9,1%) también se debe a que a nivel sectorial los segmento más golpeados han sido la construcción, comercio y manufactura, dijo Ocampo. Este panorama llevará a que Perú junto con sus pares de Ecuador, y Argentina sean los países de la región que registrarán una variación de 6% o más en el índice de Gini, según la Cepal.


Los otros países que registrarán las mayores caídas en el indicador del PIB en la región son Argentina (-10,5%), Brasil (-9,2%), Ecuador (-9%), México (-9%) y Chile (-7,9%). Estas nuevas proyecciones que en todos los casos presentaron revisiones a la baja de hasta de nueve puntos porcentuales se debe a diferentes factores tanto internos como externos, entre los que se destacan la caída de los precios de los productos primarios y térmicos de intercambio, reducción del comercio de bienes, reducción de las remesas, menor demanda de servicios turísticos y alta incertidumbre y permanente vulnerabilidad financiera.


La agudización de estos desafíos se ve reflejada en que, por ejemplo, se tiene previsto que las exportaciones de la región en términos de valor registren una contracción de alrededor de 23%, con una disminución de los precios de 11% y una contracción del volumen de 12%.


Debido a escenarios como el anterior es que la Cepal ha venido profundizado las caídas del PIB del vecindario. Esto se evidencia en que para diciembre de 2019, el organismo internacional señaló que la economía regional podría presentar un crecimiento de 1,3%, mientras que en marzo de este año redujo su previsión a -1,8%, en abril a -5,3% y en julio a -9,1%.


A lo anterior se le suma que “la tasa de desocupación regional se ubicará alrededor de 13,5% al cierre de 2020, lo que representa una revisión al alza (dos puntos porcentuales) de la estimación presentada en abril y un incremento de 5,4 puntos porcentuales respecto del valor registrado en 2019 (8,1%)”, dijo la secretaria general de la Cepal durante la presentación de la actualización de las proyecciones, lo cual no es muy positivo.



El ingreso que propone la Comisión para mitigar el impacto del covid-19.
“La Cepal propuso el ingreso básico de emergencia como instrumento de protección social, un bono contra el hambre equivalente a 70% de una línea de regional pobreza extrema (US$67 de 2010) y cuyo costo total sería de US$27.100 de millones, es decir, 0,52% del PIB regional, y varias iniciativas de apoyo a empresas y trabajadores. Para la implementación de cualquiera de estas líneas es necesario fortalecer el rol de las instituciones financieras internacionales para apoyar a los países”, dijo Bárcena.


Enlace de la Noticia:
https://www.larepublica.co/globoeconomia/cepal-calcula-que-economia-local-registraria-una-caida-de-56-al-cierre-de-este-ano-3031936





lunes, 13 de julio de 2020

FORO IBEROAMERICANO DEL CIDIAT.

FORO IBEROAMERICANO “CIDIAT, ACADEMIA AMBIENTAL Y POSTPANDEMIA”.



La Universidad de Los Andes de Mérida, Venezuela y el Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y Territorial (CIDIAT), están realizando la invitación al FORO IBEROAMERICANO “CIDIAT, ACADEMIA AMBIENTAL Y POSTPANDEMIA”


El director del CIDIAT, Dr. Luis Sandia informo que la actividad está enmarcada dentro de los 55 años de esta importante institución Merideña, que dedica la academia al servicio del ambiente. Además menciono que este foro será un Foro Online Zoom, que se realizará este 27 de julio de 2020, con un grupo destacado de panelistas de diferentes países. Entre ellos destacan el Dr. Luis Alonso Dzul, de España. Así mismo el Dr. Miguel Ángel López, México. De igual manera el Dr. Hervé Jegat, Venezuela. Además participarán el Dr. Marcos Tulio Espinoza, Colombia. El Dr. Rubén Pesci, Argentina y el Dr. Marcel Szantó, Chile; destacados amigos de la institución.


Así mismo Sandia recordó que el evento es totalmente gratuito, y pueden registrate mediante este link https://us02web.zoom.us/webinar/register/WN_nJoAfK90Qb6s92N27cRmqA Además a todos los que lo soliciten, se les emitirá gratuitamente el certificado de participación. Para generar su certificado de participación en el foro, enviar un email al siguiente correo: technopoli@ipn.mx


Para mayor información pueden visitar el sitio oficial de la institución http://web.ula.ve/cidiat/

¡Feliz día del economista - Colombia!

¡Feliz día del economista!

Es momento de hacer un pequeño homenaje a quienes ayudan a hacer un mundo mejor.


Autor: Freddy Castro.
Fecha: 03 de julio de 2020


Como es tradición desde hace algunos años, el 3 julio se celebra el día del economista en Colombia. Contrario a lo que algunos podrían creer, la fecha no guarda relación con Smith, Ricardo, Keynes, Marx, Hicks o algún premio Nobel, el reconocimiento se hace en honor al natalicio de don Pedro Fermín de Vargas, destacado sangileño, hijo de la Universidad del Rosario, colaborador de la expedición botánica, quien en el siglo XVIII se preocupó por la necesidad de ilustrar al Reino –de la Nueva Granada- en los asuntos de economía.

Quizá quienes estudiaron en la Universidad del Rosario estén más familiarizados con Pedro Fermín, así se llama el edificio donde funciona la Facultad de Economía. Él, junto con otros intelectuales destacados de la época, como Francisco Antonio Moreno, José Ignacio de Pombo y Antonio Narváez, discutieron sobre la situación económica, política y social de la Nueva Granada y dejaron constancia escrita de sus propuestas. Las discusiones sobre la riqueza y el valor, partiendo de visiones de destacados mercantilistas, estaban en el orden del día.

Sobre este contexto, Jorge Orlando Melo hace un buen resumen, que ilustra el devenir y las preocupaciones de la época.

Particularmente, Pedro Fermín de Vargas analizó la agricultura, las minas y el comercio, concluyendo que el comercio era el factor estratégico para impulsar la agricultura y las minas, por ello, mejorar los caminos era una condición sine qua non en la generación de riqueza. En estas discusiones sobre el comercio se avizoraban cuestiones que serían cruciales en décadas posteriores, como las relacionadas con el comercio libre y los impuestos, especialmente relevantes a mediados del Siglo XVIII, cuando Florentino González, secretario de hacienda de Tómas Cipriano de Mosquera, promovió reformas para eliminar trabas al comercio.

Los años posteriores, el presente y el futuro.
Un elemento común entre Pedro Fermin de Vargas, Florentino González, Julio Caro (gerente del Banco de la República entre 1927 y 1947), Luis Ángel Arango, Esteban Jaramillo y otros ministros de Hacienda y gerentes del Emisor, es que ninguno de ellos era, originalmente, economista. En décadas previas los abogados controlaban esos terrenos.

En Colombia, al igual que en el resto del mundo, de manera paulatina se crearon facultades y programas. Se destacan los procesos de mediados del Siglo XX. La Universidad Nacional, liderada por el profesor Antonio García Nossa, y la Universidad de los Andes, que en principio formaba parte del Colegio Gimnasio Moderno.

Estos primeros graduados, entre los que sobresalían figuras como Enrique Peñalosa Camargo (el padre del Alcalde Mayor de Bogotá) y Jorge Child (académico y político), se le sumaban los nombres de quienes se habían formado fuera del país, como Virgilio Barco, ingeniero con doctorado en economía; Hernán Echavarría Olózaga, economista de LSE; Miguel Urrutia y Carlos Sanz de Santamaría, que en los cuarenta adelantó su maestría en economía mientras vivía en Washington.

Con el paso de las décadas se fortaleció la profesión y como lo recordó recientemente Armando Montenegro, las áreas de especialización de las nuevas generaciones de economistas se diversificó, convirtiéndose en una voz que cada vez es más escuchada en la elaboración de políticas públicas. 

De esa nueva camada existen nombres que auguran un futuro promisorio. Omitiendo a varios,  aporto una corta lista.

Luis Fernando Mejía (director de Planeación Nacional), José Eduardo Gómez (uno de los investigadores que más publica desde el Banco de la República), Jonathan Malagón (vicepresidente de Asobancaria), Dimitri Zaninovich (viceministro de hacienda), María Victoria Angulo (secretaría de educación de Bogotá), Roberto Angulo (experto en temas de desarrollo urbano) y Daniel Gómez Gaviria (jefe del equipo de investigaciones del Foro Económico Mundial).

Solo falta que algunos miembros de esta nueva tecnocracia ingresen a la política electoral, como  lo hizo Juan Mario Laserna, y hagan sentir su voz desde otras posiciones.

A don Pedro Fermín, el primero que se interesó en estos temas; a quienes impulsaron la profesionalización en Colombia, como Hernán Echavarría Olózaga; a quienes inspiraron a muchas generaciones, como Homero Cuevas y Manuel Ramírez; y, especialmente, a quienes desde diferentes roles aportan un grano de arena para construir un mejor mundo:  Gracias y ¡Feliz día del economista!

Enlace del Artículo:

El día del economista Colombiano y "los economistas jóvenes"

El día del economista y "los economistas jóvenes"

Fotografía cortesía de www.dinero.com Foto Freddy Castro.

Como cada 3 de julio hoy celebramos el día del economista en Colombia. Este es un homenaje a un grupo de pioneros de la profesión en el país y a quienes tienen vocación de servicio público. Un análisis de Freddy Castro B., director de Banca de las Oportunidades.

Autor: Freddy Castro B.
Director de Banca de las Oportunidades.
03 de Julio de 2020


Corría el año de 1956 en Colombia, en plena dictadura, cuándo un grupo de jóvenes entre los que se encontraban Virgilio Barco, Miguel Fadul, Jorge Méndez Munévar, Enrique Peñalosa Camargo y Oscar Gómez, convocó a la Primera Mesa Redonda de Economía Nacional, un espacio en el que se cuestionó la política económica del Gobierno. La calidad de sus disertaciones hizo que Carlos Lleras Restrepo, futuro Presidente de la República, los calificara como una nueva élite intelectual.

Quizás sin quererlo Lleras impulsó el camino de "los economistas jóvenes". Así fueron llamados, entre otros opinadores, por Alfonso Palacio Rudas y Ramiro de la Espriella en sus columnas de El Independiente, tituladas, respectivamente, “Con Permiso de los Economistas” (agosto, 1957) y “Los Economistas Jóvenes” (octubre, 1957).

Entonces los asuntos económicos eran liderados casi que de forma exclusiva por abogados. Pese a que el sangileño Pedro Fermín de Vargas, -a cuya conmemoración de natalicio debemos la celebración del día del economista en Colombia-, había impulsado el estudio de estos asuntos a finales del siglo XVIII, para 1957 la economía como ciencia aún no cumplía su primer siglo y eran muy pocos los economistas de profesión en el país.

Por eso Miguel Fadul, refiriéndose a la creación de una sociedad de economistas al inicio de la década de los cincuenta, sostuvo en una entrevista de El Espectador de febrero de 1963 que, “desapareció a poco andar porque no existían entonces muchos economistas en el país”. Asimismo, destacó Fadul, que "al principio no se nos creía y nos hacían a un lado, sin dejarnos intervenir, cosa reservada a los abogados economistas. Vea usted, para no ir muy lejos, que ningún economista de profesión ha sido nombrado ministro. A Virgilio Barco lo nombraron por ingeniero".


Los economistas jóvenes del sector público.
De la década de los cincuenta hasta hoy los tiempos cambiaron radicalmente. No solo por el reconocimiento de la profesión, sino también por la creciente participación de economistas, algunos jóvenes, en la definición y orientación de políticas públicas. Cada vez son más apreciadas las intervenciones en espacios para los que nunca habíamos sido llamados.

Permítanme ilustrar la anterior afirmación con un logro reciente: la creación de la Oficina de Apoyo Técnico Presupuestal como unidad de apoyo del Congreso de la República. Esta institución mejorará la calidad de la discusión técnica entre el Ejecutivo y el Legislativo en asuntos relacionados con el Presupuesto, el Marco Fiscal de Mediano Plazo y, en general, en la materialización de reformas económicas.

Un reto para los próximos años es promover mecanismos similares, en otros escenarios (imagínense ustedes cuáles deberían ser), que permitan cuantificar impactos fiscales y sobre el bienestar de decisiones de envergadura.

Mientras eso ocurre, hoy el sector público está lleno de economistas jóvenes que continúan el camino trazado por otros. Reconociendo que dejó a varias personas fuera de la lista, guarden estos nombres y ténganlos en el radar en los próximos años: Luis Felipe Jiménez (Superintendencia Financiera); Paula Zuleta (Ministerio de Agricultura); Andrés Londoño (DIAN); Laura Pabón (Planeación Nacional); Ana María Tribín (Banco de la República); María Lucía Flórez (ADRES); Carlos Ruiz (Ministerio de Vivienda); Camila Orbegozo y Luis Alberto Rodríguez (Ministerio de Hacienda).

Sea esta una ocasión para reconocer los aportes de Pedro Fermín de Vargas; de los jóvenes que promovieron la profesión a mediados del siglo pasado; de quienes se la juegan por el servicio público y de los incansables formadores de economistas jóvenes, como Beethoven Herrera, Carmen Elisa Flórez, Carlos Esteban Posada y Miguel Urrutia. A todos ellos y a los que con su trabajo construyen una mejor sociedad: ¡Feliz día del economista!

Enlace del artículo:

domingo, 12 de julio de 2020

Economistas: ¿un mundo de discriminación más allá del género?

Economistas: ¿un mundo de discriminación más allá del género?

La supuesta superioridad del economista. Hablemos de algo que el mismo Keynes formuló y que podría volver esta disciplina un poco más amable.


Artículo de Erick Behar
07 de julio de 2020
Artículo cortesía de https://www.dinero.com/

Es usual escuchar que los economistas son arrogantes. Con la visibilidad que se ha dado recientemente al tema de la discriminación de mujeres economistas surgen otros interrogantes que nos pueden ayudar a pensar la disciplina de forma más amable, dando unas discusiones desagradables pero necesarias.

En el 2014 se publicó un documento llamado: “La superioridad de los economistas” (Fourcade, Ollion & Algan, 2014), en donde un economista y dos sociólogos de diferente enfoque buscaron darle sentido a la brecha material e inmaterial que existe entre la disciplina y las otras ciencias sociales.

Hablan de una superioridad objetiva por la mejor remuneración y la complejidad metodológica que se usa, apuntando también a una posición dominante auspiciada por estructuras jerárquicas. Pero también abordan el problema subjetivo de la confianza (¿ciega y exagerada?), que a su vez funge como ventaja. Esta confianza puede desbordarse en arrogancia y discriminación, y no solo es un tema de género.

El tema de la discriminación que viven las economistas es una realidad preocupante, y creo que el trabajo hecho por la profesora María del Pilar López, las contribuciones de MiaUniandes y el espacio que se ha dado a esta problemática contribuyen a cambios futuros. El artículo de Freddy Castro en esta revista, por ejemplo, también ayuda a construir memoria histórica sobre el rol de las mujeres en la disciplina. Pero justo en el momento en el que hablamos de discriminación vale la pena preguntar si estamos ante un problema tan fuerte, que inclusive va más allá del género.

En la encuesta de la American Economic Association en 2019, el 70% de las economistas dijo sentir que su trabajo no es tomado en serio por sus colegas. A su vez, el 43% de los hombres dijeron sentirse igual. En la discusión que se dio a inicios del 2019 en EE. UU., Ben Casselman del New York Times escribió que el tema no solo toca el acoso sexual, sino de forma general esa “cultura del bullying y la agresión que ha dejado a muchas personas (hombres y mujeres) sintiéndose poco bienvenidas”. El mismo Keynes escribió a inicios de los años 30 que sería esplendido que los economistas pudieran lograr ser vistos como gente humilde y competente, como los odontólogos.

En mi época universitaria en Alemania viví los contrastes de dos facultades, pues se podía hacer un doble programa de Economía con otro de Ciencias Sociales. Eran dos mundos distintos, y sí, debo decirlo: las energías que sentía en Economía eran un poco más extrañas que la amabilidad que vivía en ciencias sociales, a pesar de presenciar discusiones duras y hasta emotivas en algunos seminarios sobre sociología del desarrollo y ciencia política. No era cuestión de profundidad ni de rigurosidad.

No puedo generalizar, tampoco clamar por tendencias que caen en falacias narrativas, pero sí quiero exponer algunas impresiones personales de lo que viví en el “mundo de economistas” en Colombia, o simplemente en uno de esos mundos. Por un lado, noté un desprecio tácito de algunos sectores cuando no se proviene de una universidad del mundo anglosajón en el posgrado. También percibí que los esfuerzos en pedagogía y enseñanza son invisibles para los colegas, y quizá solo algunos estudiantes encuentran algo de valor ex post en ello.

En Berlín me sorprendió un colega que no quiso hacer maestría ni doctorado porque simplemente decidió dedicarle toda su vida a enseñar. No publica en grandes journals, solo en su blog, pero su trabajo es profundo y riguroso. A nadie le presume que programó desde 0 su propia página de internet, y aprender a programar, para su edad, no era algo tan in como lo es hoy. Él no tendría mucha aceptación en este mundo competido porque no “se ha posicionado”, pero lo mejor es que no le importa y vive feliz. Da conferencias de vez en cuando por gusto, no por presión.

Me pregunto si todas y todos los economistas han hecho algo de introspección sobre la complejidad de la presión. Kahneman, psicólogo, pero premio Nobel de Economía, nos dice que el secreto de una vida feliz es no ponerse tantas expectativas inalcanzables que se reproducen sin cesar. A mí, por ejemplo, me parecería excelente que no existiera el Premio Nobel. Pero los humanos nos inventaríamos otro premio inmediatamente, fieles a la causa de la taxonomía.

Por otro lado, la aceptación de la interdisciplinariedad parece ser un discurso teórico. Quizá en este momento la psicología ha logrado pisar más fuerte en este mundo, porque la economía conductual cuestionó con método y seriedad lo que se asumió por siglos, quizá haciéndonos reflexionar sobre nuestra forma de pensar y de creer que nos conocemos verdaderamente. Pero no nos digamos mentiras, en este momento me resulta difícil creer que las puertas están abiertas para disciplinas como la sociología y la antropología, que tienen mucho que aportar, como pude vivirlo en discusiones de ciberantropología con colegas de varias áreas en mi tiempo en Múnich. Pero esto se puede volver una discusión sin fin, que arroja una temática típica de nuestra cognición: nos encanta compartimentarnos, porque así creemos entender mejor la realidad mientras construimos nuestra identidad.

De todo lo que nos burlamos del abuso de las correlaciones los economistas, pareciera que vivimos en un mundo lineal, mientras la vida va construyéndose con cisnes negros, volatilidad y muchos mensajes subliminales sobre lo que es y no es necesario. El paper que cité arriba habla de la extrema competencia en el mundo de los economistas. Cuando leo sobre la psicología de la arrogancia, me parece curioso cuando la doctora S. Krauss dice que el ingrediente básico para la arrogancia es la necesidad de poder.

Los politólogos saben bien que el poder no solo es material, y los internacionalistas saben que el poder blando no se compone de tanques de guerra, sino de una riqueza cultural que arrodilla a cualquiera. En el trastorno de personalidad narcisista, estrechamente ligado al perfil arrogante, es vital competir. En un estudio de la Universidad de Tübingen se contrapone a la arrogancia precisamente la necesidad de afiliación, con construcción conjunta de soluciones. Ojalá remáramos más hacia allá.

Es importante desligarnos de que hay solo una versión “de un(a) buen(a) economista”, bajo un modelo que cuantifica egos y premia la inflación de escritos en el silencio. Hay muchas formas de ser bueno en esta disciplina. Ser arrogante es ser inseguro y, para mí, no habla necesariamente de ser holísticamente bueno. Pensemos en las palabras del poeta persa Omar Jayam, que escribió esta bonita e inmortal frase en el siglo 12: “Cuanto más baja es el alma, más alta está la nariz. Y el hombre busca con su nariz lo que no ha encontrado con su alma”.


Artículo tomado de:

La mejor servidora pública de Colombia.

La mejor servidora pública de Colombia.


Esta economista es nacida en Barrancabermeja, ama viajar y es un hobby que comparte con su esposo, quien es Brasilero.
Foto Cortesía de Karen Salamanca.


Artículo de Laura Pabón
7 de julio de 2020


Con la ejecución del programa Ingreso Solidario, la directora de Desarrollo Social del Departamento Nacional de Planeación (DNP) fue elegida como la mejor servidora pública del país. Así trabaja una economista social. Escoger entre trabajar y viajar por el mundo en una entidad multilateral, o ayudar a pensar programas para atender los problemas sociales del país, no fue una tarea difícil para Laura Pabón.

Como muchos otros economistas que eligieron su carrera para servir a la sociedad, Laura cursó sus estudios en la Universidad de los Andes y en la mitad de ellos ratificó que iba por el camino correcto. Luego tuvo la oportunidad de hacer prácticas en el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en lo que en ese momento se conocía como misión social, pero que luego se transformó en el programa de desarrollo humano.

Al terminar la práctica se quedó en la entidad, que justamente tiene la misión de pensar en los programas y políticas para impulsar al país. Allí avanzó varias posiciones hasta ser coordinadora de proyectos relacionados con el manejo de bases de datos y encuestas para hacer análisis. No sabía que a futuro esas serían las herramientas que le servirían para desarrollar y ejecutar el programa Ingreso Solidario, un esquema novedoso en el país, que les da dinero a los más necesitados sin exigirles nada a cambio (como sí lo hace Familias en Acción) y que además pudo poner en marcha en tiempo récord.

Luego de tres años de su primera experiencia en el DNP, Laura supo que en el Banco Mundial (BM) buscaban a alguien para hacer reportes sobre pobreza en Filipinas. Se presentó, la escogieron y se fue a vivir a Washington. Desde allí viajó durante cuatro años al sudeste asiático. Aprendió sobre su sector de protección social y sus mercados laborales.

Hay muchas similitudes entre esos países y Colombia, pues son de ingresos medios y bajos. Allá trabajó en formación para el trabajo y capital humano, políticas laborales, instrumentos de focalización y estrategias de reducción de pobreza.

Luego decidió hacer otra maestría (ya tenía una Universidad de Los Andes), esta vez en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Chicago, motivada por la oportunidad de aprender de los premios Nobel que dictan clases allí. Siguió trabajando como consultora del BM mientras cursaba sus estudios de posgrado y, al terminar, regresó a Colombia, al DNP.

Volvió a la entidad como consultora en temas de educación y poco después retomó su trabajo de consultoría en el Sudeste Asiático con el BM, pero esta vez viajando desde Bogotá.

Tuvo la oportunidad de ayudar en la reforma del salario mínimo en Camboya, una experiencia de la que se siente muy orgullosa y luego, con la entidad multilateral, empezó a trabajar en América Latina. Ahí volvió a tener contacto con el DNP, pues algunos de los temas en los que daba asesoría tenían que ver con la actualización del Sisbén e interoperabilidad de bases de datos. Al terminar ese proyecto, en 2016, la contactaron de nuevo del DNP para ser funcionaria en la subdirección de educación, de donde pasó a la dirección de desarrollo social.

Otra vez le llegó una oferta del BM, esta vez para trabajar en Bogotá. Pero decidió quedarse en el DNP, motivada por la posibilidad de trabajar en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo.

Este fue un trabajo intenso al que le siguió la puesta en marcha del programa de devolución del IVA, cuyo primer giro tuvieron que adelantar de mediados de 2020, como estaba previsto, para abril, a causa de la emergencia sanitaria.

Esta también dio origen a Ingreso Solidario, un programa destinado a los hogares que no recibían otros subsidios del Estado. Aunque ya los tenían identificados (son 3 millones), la dificultad estaba en llegar a ellos. Decidieron hacerlo de la mano de entidades financieras, con las que además bancarizaron a muchas personas.

Esto, sumado a que en casi cuatro meses han llegado a 2,6 millones de beneficiarios, la hizo merecedora del reconocimiento de la Función Pública como la mejor servidora pública a nivel nacional. ¡Más que merecido!.


Tomado de:

EL MOMENTO DE REPENSAR EL FUTURO DE LATINOAMÉRICA.

EL MOMENTO DE REPENSAR EL FUTURO DE LATINOAMÉRICA.


Fotografía  cortesía de https://www.elespectador.com/


08 de julio de 2020
Carlos Felipe Jaramillo. Colombiano. Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina.


La salida de la crisis debe ser sobre una base de sostenibilidad medioambiental, con programas de estímulo que contemplen la generación de empleo, el crecimiento y el acceso a mercados con cuidado de la rica biodiversidad de nuestra región.

Es prácticamente imposible prever el futuro. Es dinámico y cambiante, y está atado a un sinnúmero de imponderables. ¿Quién hubiera podido anticipar, por ejemplo, que una pandemia irrumpiría para trastocar nuestros planes individuales y sueños colectivos?

No podemos prever todo lo que vendrá, pero podemos soñar el futuro que queremos y tomar medidas para ir en esa dirección. Y ese es el desafío más importante que tiene por delante la región de América Latina y el Caribe: construir su futuro con una visión de largo plazo para aprovechar al máximo las oportunidades y, llegado el caso, sortear mejor nuevas crisis.

En otras palabras, nuestros países tienen ante sí la posibilidad de resurgir del coronavirus con un nuevo paradigma de crecimiento que evite errores del pasado y aprenda de los éxitos de otras latitudes. De ello dependerá el progreso colectivo, la creación de puestos de trabajo y la posibilidad de sacar a millones de familias de la pobreza.

Esto requerirá, entre otras cosas, que las economías latinoamericanas peguen un salto de calidad en su productividad y no se refugien en esquemas cerrados. El proteccionismo puede ser un recurso tentador, sobre todo en tiempos de incertidumbre. Pero es una vía muerta para la inversión, la innovación y el dinamismo productivo, condiciones necesarias para salir del ritmo letárgico de crecimiento en que ha estado sumida la región.

Estamos aún en la emergencia por la pandemia del COVID-19 y lidiar con esa realidad y sus enormes costos sociales y económicos es la prioridad más inmediata. Nuestros gobiernos están enfocando allí sus mayores energías y, como socio estratégico de largo plazo, el Banco Mundial está comprometido en ayudar a potenciar ese esfuerzo con recursos y asesoramiento técnico. Solo en América Latina hemos volcado ya alrededor de US$2.000 millones bajo distintas modalidades, que han beneficiado a 19 países.

El diagnóstico es sin duda negativo. Según las previsiones contenidas en nuestro reciente informe Perspectiva Económicas Globales (GEP, por sus siglas en inglés), de junio de 2020, la pandemia de COVID-19 provocará este año una caída del PIB regional del 7,2 %, una cifra sin paralelos en el último siglo. América Latina y el Caribe será la región más castigada y la consecuencia directa será menos empleo y más pobreza.

Pero superaremos la crisis actual y debemos hacerlo sobre la base de una utopía realizable. Es urgente definir ese rumbo. La pasada fue una década perdida en términos económicos, con un crecimiento promedio del producto per cápita de apenas el 0,56 %. No debemos permitir que esto se repita.


Identificar oportunidades y aprovecharlas.
Repensar el futuro significa revisar las políticas del pasado, hacer las correcciones necesarias y redirigir las energías hacia un nuevo patrón de crecimiento, más dinámico, que beneficie a todos y sobre todo a los menos favorecidos. Es hora de que Latinoamérica construya su propio modelo de éxito.

Nuestra región debe apostar a crear capital (talento) humano como política de largo plazo, una condición necesaria para ganar en productividad y sumar a los sectores más vulnerables al mundo del trabajo. Ese futuro requiere adoptar modelos nuevos de educación y entrenamiento, aprendiendo de las innovaciones que se han ensayado durante la pandemia, mediante técnicas digitales y otros métodos de educación a distancia. Necesitamos que nuestros trabajadores adquieran las habilidades que va a requerir un mercado laboral cada vez más impulsado por la tecnología.

El Banco Mundial colabora de muchas maneras para alcanzar este objetivo, por ejemplo con programas de inclusión educativa como el aprobado en marzo pasado para Perú, enfocado en potenciar los sistemas de desarrollo profesional y la educación en la primera infancia. Proyectos similares dirigidos a crear capital humano a través de la educación fueron aprobados también este año para Honduras y El Salvador, por US$30 millones y US$250 millones, respectivamente.

Además, Latinoamérica debe profundizar el uso de tecnologías digitales que han producido buenos resultados durante la pandemia y proporcionar el acceso a quienes todavía no lo tienen. Quienes han gozado de buenos servicios de banda ancha han podido trabajar desde sus hogares, mantener a sus hijos en programas de educación a distancia, hacer consultas médicas y usar pagos digitales y otros servicios financieros. Lamentablemente, cerca de la mitad de la población de la región no goza de suscripción móvil a banda ancha y solo el 46 % tiene conexión fija. Hay que corregir este rezago que está acentuando desigualdades.

En esta área, el Banco Mundial aprobó el mes pasado una iniciativa de fomento a la economía digital en un grupo de países del Caribe por US$94 millones. Se trata de un proyecto innovador —el primero de su tipo en la zona—, que redundará en una mejor conectividad, servicios públicos y financieros en línea, y programas de entrenamiento para empresas e individuos, a fin de contar con una fuerza laboral preparada para los desafíos del futuro. Toda América Latina enfrenta este reto.

Pero para lograr una mayor productividad, los gobiernos de la región deben además crear un clima propicio para la inversión, con más espacio para los nuevos emprendedores y las nuevas ideas, y eliminar las barreras que durante demasiado tiempo han limitado la competencia y quitado dinamismo a las economías. Las empresas más competitivas son aquellas que están más integradas al mercado global y es necesario que una nueva generación de empresas de la región sepa aprovechar las oportunidades que se van a abrir en el mundo pos-pandemia.

Más aún, la salida de la crisis actual debe ser sobre una base de sostenibilidad medioambiental, con programas de estímulo que contemplen la generación de empleo, el crecimiento y el acceso a mercados con cuidado de la rica biodiversidad de nuestra región. Las inversiones en sectores económicos como la agricultura, la pesca, la explotación forestal o la construcción de infraestructura de riego y sanitaria pueden expandir rápidamente la demanda de trabajo y mejorar la resiliencia frente a sequías, inundaciones y otros fenómenos ligados al clima que afectan sobre todo a los más pobres.

En definitiva, repensar el futuro de América Latina significa identificar nuevas oportunidades y aprovecharlas. La pandemia ha sido enormemente destructiva y llevará algún tiempo superar sus consecuencias. Pero podemos y debemos convertir esa destrucción que hoy padecemos en una oportunidad creativa. Con las reformas apropiadas, la crisis puede llevar a una nueva senda de crecimiento que genere empleos, reduzca la pobreza y solucione los rezagos de la región. Ese es el desafío y este es el momento de actuar.

Artículo tomado de:

Notas Definitivas Formulación Y Evaluación A2020

Universidad Politécnica Territorial de Mérida "Kléber Ramírez" (UPTMKR).
Programa Nacional de Formación en Administración (PNFA).
Unidad Curricular Formulación y Evaluación de Proyectos.
Trayecto 4 trimestre 1. A-2020.


Notas Definitivas.




Plan de Evaluación.


viernes, 10 de julio de 2020

Carlota Pérez, la influyente venezolana que está redefiniendo conceptos económicos.

"Las empresas querían sacarse al Estado de encima, pero ahora corren a pedirle auxilio": Carlota Pérez, la influyente venezolana que está redefiniendo conceptos económicos.

Fotografia cortesía de BBC News Mundo

06 de julio de 2020
Cristina J. Orgaz @cjorgaz
BBC News Mundo


En la anterior crisis económica, la de 2008-2010, nacieron algunas de las empresas que se han vuelto imprescindibles en nuestra vida diaria y que parece que lleven siglos con nosotros.


Whatsapp, Uber o Airbnb se fundaron en mitad de la peor crisis financiera de este siglo.

Y muchos piensan que las compañías más emblemáticas de la próxima década han aparecido durante estos meses en los que la pandemia de covid-19 cambió muchos aspectos de la vida cotidiana.

Para Carlota Pérez, la economista autora del influyente libro Revoluciones Tecnológicas y Capital Financiero, la explicación a este desarrollo tecnológico tiene que ver con las oportunidades que surgen cuando los sistemas fallan.

Son momentos que, como dice en esta entrevista con BBC Mundo, históricamente se han caracterizado por una mayor intervención del Estado que viene a salvar a "las víctimas" de un mundo financiero que "se comporta como un gran casino"

Esta economista de origen venezolano es catedrática en varias universidades de Europa y Profesora Honorífica en el Instituto para la Innovación y el Propósito Público.

El suyo es un nombre que recurrentemente aparece como una de las mujeres que está redefiniendo conceptos económicos de nuestro tiempo y transformando el mundo.

"Esta pandemia se ha convertido en una especie de gran lupa sobre una realidad que estaba escondida. Ha revelado muchísimas cosas sobre la precariedad del trabajo, sobre los problemas sociales que han sido creados por el cambio tecnológico y la globalización que no tiene por qué ser ´neoliberal´", afirma.
Por eso cree que todo esto va a dar pie a nuevos cambios sociales que serán positivos.

Carlota Pérez solo parece perder el optimismo cuando habla de su país natal: Venezuela. "Echo de menos mi país. Pero mi país ya no existe. Está destruido. Ya no queda industria petrolera, ya no queda agricultura. Y millones se han ido".



Bonos desorbitados, salarios extravagantes y prácticas financieras dudosas como en el pago de impuestos o en las operaciones corporativas. Parece que 12 años después de la Gran Crisis Financiera las economías aún arrastran ciertos excesos que salieron a la luz entonces. ¿Qué desequilibrios de entonces nos amenazan más ahora?

El mayor problema es el desacoplamiento entre el mundo financiero y la economía real, que es la que crea empleos, la que aumenta la productividad y genera riqueza adicional verdadera.

Lo que hace el mundo financiero es armar y vender paquetes de deudas (corporativas, inmobiliarias o personales), especular con las fluctuaciones de las monedas y realizar operaciones de alta frecuencia (aprovechando información privilegiada en microsegundos).

En general, las finanzas se comportan como en un gran casino, enriqueciéndose mediante la inflación de los activos y el empobrecimiento de quienes no los poseen, especialmente a los jóvenes.

Lo que hicieron los gobiernos después del 11-S y desde el 2007-08 fue intensificar estas tendencias, salvando a los banqueros y dándoles la liquidez necesaria para seguirle echando leña al fuego del casino.

Con eso los hicieron sentir seguros en su comportamiento, tan dañino para la sociedad, con lo cual los problemas no hicieron más que continuar y empeorar.

Hoy en día las empresas innovadoras no se preparan para salir a Bolsa. Se preparan para ser compradas por uno de los gigantes tecnológicos como Google o Facebook.

Hace falta cambiar el contexto radicalmente, especialmente el marco impositivo y reglamentario para crear las condiciones para un capitalismo eficiente, ético y con prosperidad para todos.



Pero, ¿existe un capitalismo ético?
Lo podríamos definir esencialmente como un sistema en el que las ganancias de unos benefician a todos.

Hay un poco de eso en cada sitio.

Entre las empresas existen las Corporaciones B, orientadas a combinar la rentabilidad con un impacto positivo social y ambiental.

Y se están multiplicando en América Latina, España y el mundo entero.

Hay países de profunda tradición de justicia social, especialmente en Escandinavia, donde las ganancias excesivas son mal vistas y la responsabilidad de los negocios y de todos los niveles de gobierno en el bienestar de los ciudadanos y empleados se entiende y se asume claramente.

Pero lo importante hoy es que estas ideas están circulando de manera creciente.

Davos, la llamada Mesa Redonda de los Negocios en EE.UU. - compuesta por los jefes de las más grandes corporaciones -, el Financial Times o The Economist hablan de la necesidad de enfrentar la desigualdad actual.

Creo que el capitalismo está tratando de salvarse a sí mismo.

Mis investigaciones históricas muestran que lo ha hecho cada vez que las tensiones crecen demasiado y amenazan el sistema.

La lástima es que no se haga antes de llegar a ese punto.



¿Cómo pueden los estados legislar para alcanzar un capitalismo ético que responda a las necesidades sociales de sus ciudadanos?
La historia de la intervención del Estado para cubrir las necesidades de la población es de larga data y responde a las condiciones creadas por cada revolución tecnológica.

Pero lo que más urgentemente tiene que cambiar son las políticas.

Sólo con mirar el seguro al desempleo nos podemos dar cuenta de su obsolescencia.

En la actual economía del empleo flexible, de la alta movilidad, de la educación continua, de los contratos cero-horas, de las empresas tipo-Uber, del autoempleo creciente, hay demasiada gente que no está ni empleada ni desempleada.

Lo que se necesita es probablemente brindar un ingreso básico universal que sirva de colchón protector, manejado sin burocracia, con inteligencia artificial y cajeros automáticos.

Y también habrá que hacer un el rediseño de los impuestos decidiendo sobre qué recaen y quien los paga, para que a la vez de generar ingresos al fisco. tengan miras a conseguir una mayor justicia social.



Usted predijo que la globalización económica neoliberal entraría en una fase de colapso o desgaste. ¿Hemos llegado a ese punto?
La globalización no tiene que ser neoliberal.

Al principio, globalizarse fue la solución que encontraron las empresas de la anterior revolución -la de la producción en masa- para reducir los costos salariales y de materiales y energía.

Para ello necesitaban que se abrieran todas las fronteras y se levantaran todas las protecciones arancelarias al igual que algunas de las políticas restrictivas.

El neoliberalismo se impuso como teoría económica y práctica política.

Pero eso ha ocurrido históricamente en las primeras décadas de cada revolución tecnológica, aunque de modo distinto según el caso.

Esos períodos de competencia feroz y libre movimiento son un gran experimento para definir el rumbo que tomarán las nuevas tecnologías, qué empresas y sectores servirán de motores del crecimiento y las regiones del mundo y de cada país que ejercerán el liderazgo.

Por eso se necesita un cierto nivel de capitalismo salvaje sin restricciones, aunque nada impediría que los gobiernos se ocuparan de las víctimas, tal como lo han hecho con las de la pandemia.

Si hubiera sido así no tendríamos que enfrentar el populismo que se alimenta del resentimiento de las víctimas del cambio tecnológico y la globalización.

Pero, una vez que las nuevas tecnologías están plenamente instaladas hay que pasar a rediseñar el contexto económico para que el potencial de las nuevas tecnologías lleve a un crecimiento sano en beneficio de todos.

Es hora de abandonar el fundamentalismo de mercado y la austeridad impuestas por el neoliberalismo y pasar a construir la nueva sociedad del bienestar en la Edad de la Información.

Esta vez tendrá que ser de crecimiento verde, inteligente, saludable y global.


¿Es posible la "desglobalización"? ¿Vamos a ver un repliegue del comercio internacional?
Lo de la desglobalización es una reacción simplista.

Lo que hay que lograr es una globalización inteligente y no la brutal que se ha venido dando, en busca de mano de obra barata a cualquier costo ambiental y social.

Creo que la pandemia ha revelado la falta de criterio estratégico que llevó a muchas empresas globales a ignorar posibles catástrofes o emergencias y a no incorporar redundancia en sus redes, al mismo tiempo que desdeñaban a la población de su país.

El cambio de rumbo seguramente comenzará por decisiones bruscas con consecuencias negativas para muchos, incluida América Latina.

Pero pronto habrá que repensar las estrategias de localización tomando en cuenta las otras potenciales catástrofes que nos traerá el cambio climático.

Por ejemplo, habría que buscar la manera de procesar los minerales in situ, en lugar de transportar enormes cantidades de tierra inútil, como ocurre hoy con el mineral de cobre que China importa de Chile, donde sólo un séptimo del material es metal.


¿Cómo afectaría esto a América Latina?
En fin, habrá que analizar área por área para hacer una re-globalización verde e inteligente.

Y los países de América Latina podrían participar activamente en definir el lugar que pueden jugar en ese nuevo arreglo, para lograr el máximo beneficio para sus habitantes.

El futuro no va a ser mantener o reconstruir un pasado, ya visto como inadecuado, sino diseñar un nuevo rumbo idóneo.


La intervención del Estado para salvar la economía se ha repetido en muchos países como consecuencia de los efectos del coronavirus. ¿Eso es bueno o es malo? ¿Qué consecuencias puede traer?
Eso es excelente. Al fin esta generación comprueba que el Estado es necesario.

Las empresas querían sacarse al Estado de encima cuando les iba bien, pero ahora corren a pedirle auxilio cuando les va mal.

El rol del Estado tiene que ser definir el contexto para que el mercado funcione bien y en beneficio de todos y no solo de unos pocos.

También tiene que servir para garantizar infraestructura, educación y salud creando ventajas para los negocios y la sociedad.

Para eso requiere que los que más se benefician paguen suficientes impuestos.
El Estado también toma riesgos invirtiendo en proyectos que el sector privado no emprendería, por su tamaño o por su complejidad.

Sin eso no existirían ni los computadores ni internet, ni muchas de las más importantes medicinas.

Es el momento de volver a tener un estado proactivo.

El mercado, sin un rumbo común, va de boom en boom y de colapso en colapso.

Las épocas de oro han sido siempre tiempos en los cuales el Estado ha jugado un papel activo, los negocios han prosperado y mayores capas de la población se han beneficiado.


¿Qué futuro le espera a América Latina?
Creo que sería mejor preguntarnos ¿Cómo puede América Latina moldear su futuro?

En mi opinión, apartando la tragedia que puede haber traído un pésimo plan como el Chavista en Venezuela, el gran problema de América Latina es que no tiene rumbo.

Cuando lo tuvo - y hay que llamar 'éxito' el haber crecido por varios años entre 5% y 8%, haber construido una infraestructura completa de transporte y servicios y haber creado una amplia clase media educada en todos los países de la región- se debió a una estrategia clara y común.

En aquel momento se combinó la atracción de las empresas maduras del Norte que buscaban mercados, con políticas de protección arancelaria, reducciones impositivas, ampliación de las políticas de educación y vivienda y muchas otras medidas sistémicas.

Es decir, se comprendió la oportunidad del momento y se estableció una estrategia completa para aprovecharla.

Cuando pasó la oportunidad había que desecharla, aunque considero que se hizo torpemente.

Años más tarde, los Cuatro Tigres Asiáticos - Corea, Taiwán, Singapur y Hong Kong - supieron aprovechar la siguiente oportunidad y dieron un salto completo al desarrollo.


¿Qué oportunidades puede encontrar en este entorno América Latina?
Hoy América Latina se enfrenta a una oportunidad distinta. El libre mercado no es una estrategia, es en todo caso un medio.

En mi opinión, los países asiáticos ya se especializaron en las industrias de fabricación o ensamblaje y nos llevan una ventaja difícil de alcanzar, además de que incluso nuestros bajísimos costos laborales son mayores que los de ellos.

Nuestra ventaja estaría en las industrias de procesamiento (agroindustria, química, farmacia, metalurgia, biotecnología, nanotecnología, etc.) aprovechando combinar las nuevas tecnologías con nuestra dotación de recursos naturales.

Ya hay muchos ejemplos de éxito en esa dirección en Latinoamérica.


¿Qué se necesita para esto?
Eso requerirá innovación pública y privada, así como educación dentro y fuera de los países, estableciendo vínculos internacionales y metas ambiciosas.

Las tres ventajas que tiene el continente son la alta y variada dotación de recursos naturales (con una población relativamente escasa), la experiencia adquirida en las industrias de procesamiento y la clase media educada que ahora tendría que orientarse más a lo científico-técnico.

De hecho, una de las cosas que haría falta sería una red de empresas pequeñas de alta tecnología para apoyar el esfuerzo de las más grandes en sus áreas.

Esa es la infraestructura técnica del futuro.

Soy consciente del enorme esfuerzo de diseño y consenso que una tal estrategia requeriría, pero tenemos el ejemplo exitoso de los asiáticos y nuestra propia experiencia en la época de la sustitución de importaciones.

Esperemos que la pandemia del Covid-19 sea el sacudón que empuje a América Latina a salir del letargo y a decidirse audazmente a encontrar un camino exitoso.


Tomado de:

sábado, 4 de julio de 2020

Coronavirus dejará a 71 millones de personas más en pobreza extrema.

Coronavirus dejará a 71 millones de personas más en pobreza extrema.
Fotografía Cortesía Publicaciones Semana. Esteban Vega. Semana/Dinero.

El Banco Mundial publicó un documento en el cual proyecta que la pandemia del coronavirus hará que 71 millones de personas de todo el mundo ingresen en la pobreza extrema.

30 de junio de 2020
06:30 PM
Cortesía de: https://www.dinero.com
 

Dice el documento del Banco Mundial: “Calculamos que la covid-19 sumirá a 71 millones de personas en la pobreza extrema, que se mide según la línea internacional de pobreza de US$1,90 al día”.


En el escenario de referencia, el Banco Mundial asume que los brotes de coronavirus siguen en los niveles esperados en la actualidad y que la actividad se recupera durante este año, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se supone que los brotes persisten más de lo previsto, obligando a mantener o reintroducir medidas de confinamiento. 


En un escenario más pesimista (el de tendencia a la baja), serían 100 millones de personas las que entrarían a la pobreza extrema por culpa del coronavirus.


“Si el escenario de tendencia a la baja se concretase, las empresas vulnerables desaparecerían de los mercados, los hogares vulnerables reducirían considerablemente el consumo, y los países de ingreso bajo y mediano experimentarían un mayor estrés financiero”, dijo el Banco Mundial. 


En el escenario de referencia, el crecimiento mundial se contrae en alrededor de un 5% en 2020, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se observa una contracción del crecimiento de un 8% en 2020.


Recientemente, el Banco Mundial empeoró sus proyecciones de crecimiento mundial y ahora ve una recesión tan grande como la de la Segunda Guerra Mundial. 


En las economías avanzadas, el organismo multilateral ahora ve que el PIB caerá 7% este año. En el informe de enero, el Banco Mundial preveía que las economías avanzadas crecerían 1,4% en 2020. 


“El impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial”, indicó el Banco Mundial.


Según los cálculos del Banco Mundial, la economía estadounidense bajará 6,1% en 2020, la de la zona euro se hundirá 9,1% y la de Japón caerá 6,1%.


Para las economías emergentes, el Banco Mundial redujo desde 4,1% hasta -2,5% la estimación del crecimiento del PIB durante 2020.


ENLACE DE LA NOTICIA:
https://www.dinero.com/economia/articulo/impacto-del-coronavirus-en-la-pobreza-mundial-en-2020/291126

viernes, 3 de julio de 2020

Feliz día Economista Colombiano.


Gracias por su labor ética y legal, llevando a Colombia al bienestar.

Feliz día del Economista Colombiano.

DÍA DE LA GESTIÓN DEL PROYECTO SOCIAL.

DÍA DE LA GESTIÓN DEL PROYECTO SOCIAL.

“El Evento Online de Mayor Prestigio en Gestión de
Proyectos de Impacto Social de América Latina y el Caribe.”
Enlace video: https://youtu.be/QRFvx5PRlOE
DGPS Online Series 2020 New
Tomado del canal you tube de doinGlobal

17 de Julio de 2020
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) – PM4R


Objetivo

Mejorar los resultados de los proyectos de impacto social. El DGPS Online Global Edition 2020 es una iniciativa de doinGlobal, el PM4R – Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el Project Management Institute (PMI) representado por sus principales capítulos de América Latina y el Caribe, que propicia un espacio colaborativo de co-creación, mentoría y seguimiento de los proyectos de las instituciones.



Metodología
Expertos en Gestión de Proyectos del BID y PMI comparten Buenas Prácticas de Dirección de Proyectos BID-PM4R que se aplican a nivel internacional, las cuales incrementan las probabilidades de éxito de los Proyectos de Impacto Social.

PM4R es una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para fortalecer las capacidades de Gestión de Proyectos de Impacto Social en América Latina & el Caribe, y así poder lograr resultados dentro del presupuesto y tiempo planificado.

Un set de herramientas compatibles con cualquier metodología o conjunto de prácticas en gestión de proyectos. Su estructura presenta un orden lógico que permite mejorar la asimilación y entendimiento, con foco específico en Proyectos de Desarrollo e Impacto Social.




Dirigido a:
  • Profesionales vinculados al Diseño, Desarrollo y Gestión de Proyectos de Impacto Social.
  • Funcionarios que diseñan iniciativas sociales en sus organizaciones.
  • Profesionales que colaboran en Proyectos de Impacto Social.
  • Consultores en Políticas de Desarrollo Social.
  • Personas interesadas en convertirse en especialistas en Desarrollo Social.
  • Funcionarios Públicos que requieren implementar políticas, planes y acciones para el desarrollo de Proyectos de Impacto Social.
  • Asesores de entidades gubernamentales y no gubernamentales con participación activa en políticas públicas para la Gestión de Proyectos de Impacto Social.
  • Profesionales dedicados a brindar servicios de Gestión de Proyectos.
  • Actores gubernamentales en áreas de desarrollo económico relativos a actividades de Proyectos de Impacto Social.
  • Coordinadores de Políticas y Programas de Desarrollo e Impacto Social.
  • Directivos de instancias educativas y servicios sociales.

Enlace:

miércoles, 1 de julio de 2020

Te Explico POR QUÉ estoy PREOCUPADO: Modelo para primeros días | [COVID-19]





https://youtu.be/-PUT0hZiZEw


MODELO MATEMÁTICO PARA LOS PRIMEROS DÍAS DEL COVID -19 Y PRONÓSTICAR EL CRECIMIENTO INICIAL.


Tomado del Canal en YouTube: El Traductor de Ingeniería



En el modelo de variable real mostrado al final, se consideró una condición inicial igual a la unidad. Modelo de ecuaciones diferenciales.


Este modelo muestra cómo evoluciona la cantidad de casos confirmados de Covid-19 en una población dada. Sirve para entender cuáles son algunas de las variables de influencia y como con nuestros actos podemos frenar el avance la pandemia. No se consideran casos recuperados ni muertes, solamente los casos confirmados. Tampoco se consideran tiempos de incubación ni medidas de restricción. Es un modelo bastante simplificado que solo sirve para tomar conciencia del orden de magnitud que puede tener un avance exponencial y no controlado de la pandemia. Existen modelos mucho más complejos que se ajustan mejor a la realidad.