Maza Zavala entra en la Historia
Escrito por Jerónimo Carrera
Con la muerte del Profesor Domingo F. Maza Zavala, ocurrida a comienzos de semana en Caracas y muy cercano a los noventa años de edad, creo que Venezuela ha perdido uno de sus ciudadanos con un mayor peso intelectual y ético.
En nuestro país es algo acostumbrado que se prodiguen grandes y hasta ridículos elogios a personajes públicos recién fallecidos, aunque un poco después se comience a endilgarles críticas de todo género, y a veces injustas. Y también inmerecidamente, un siglo más tarde, como es el caso del alocado dictador Cipriano Castro, se pretende convertirlos en heroicos revolucionarios antimperialistas. Por lo que yo en general soy muy cuidadoso en este resbaloso terreno.
Pues bien, en el caso de este eminente hombre de pensamiento y alta moralidad, no tengo temor alguno para reafirmar la opinión que sustento en cuanto a Maza Zavala. En todo el siglo XX venezolano yo no veo otra figura que se le pueda comparar en el difícil terreno -sea universitario o no- del pensamiento científico. Sin ser él un enclaustrado, ni nada parecido, ya que tuvo amplia y efectiva participación en la vida pública, fue desde la Universidad Central de Venezuela (la UCV como se le llama ahora) que pudo él dar a todo nuestro país una idea de lo que debe ser un universitario.
Su contribución en el campo específico de los estudios en el muy debatido aspecto de la realidad venezolana que es el de la economía, se puede bien afirmar que no admite comparaciones.
También fuera de la cátedra universitaria rindió al país en la prensa –a todo el país, recalco- unas lecciones de las ciencias económicas en lenguaje corriente, nociones básicas para la mejor comprensión de los problemas nacionales. Lo hizo tal como lo debe saber hacer todo periodista bien formado, con la mayor sencillez y claridad posible.
Su prolongada labor –hasta sus últimos días- en el campo del periodismo escrito, por cierto, además de científica siempre estuvo signada por el más legítimo patriotismo. Y es que Maza en su juventud fue militante comunista, y aunque no lo pregonaba así, en mi opinión nunca dejó de serlo. Me baso yo para decir esto en las varias conversaciones que con él pude sostener.
En efecto, este gran profesor formó parte de los así denominados “comunistas negros”, por la tarjeta electoral de color negro que se les otorgó para las elecciones de 1946. En ese grupo estaban entre otras destacadas figuras, personajes como Salvador de la Plaza, Rodolfo Quintero, Cruz Villegas, Horacio Scott Power, Enrique Agüero Gorrín, quienes al final se negaron a participar en el Congreso de la Unidad celebrado por las tres corrientes que mantenían divididos a los comunistas venezolanos.
Como resultado de dicho Congreso, celebrado en Caracas a la luz de la eliminación del Inciso 6° de la Constitución Nacional –lo que se había logrado un poco antes del derrocamiento de Medina Angarita- quedaron unificadas esas tres corrientes. Una unidad que mantenemos y cuidamos todos los comunistas “como la niña de nuestros ojos”, y esto para siempre. Debe también saberse que nuestros camaradas de Cuba, en las personas de Ladislao Carvajal y Blas Roca nos ayudaron enormemente entonces. Y de los llamados “comunistas negros”, se autocriticaron, regresaron y murieron en las filas activas del PCV como grandes dirigentes, Rodolfo Quintero y Cruz Villegas. Otros no volvieron, pero se mantuvieron siempre bastante cerca y amistosos, que tal fue el destacado caso del Profesor Maza Zavala.
Poco antes de su muerte, nos ofreció hacernos una visita en la sede de nuestro Comité Central, en nuestro edificio “Cantaclaro”. Ahora, con nuestras banderas rojas a media asta, rendimos a su memoria un merecido homenaje, lo que también hace la presente “Optica” con estas pocas líneas.